lunes, 19 de noviembre de 2007

Jugar con los huesos, un par de soportes.

Después de cocer, limpiar, descarnar, meter en lejía y dejar al sereno unas semanas, o hacer cualquiera de los procedimientos que se describen aquí Limpiar los huesos, nos disponemos a usar un trozo de hueso para hacer una cejuela para una guitarra tipo strato, pero casi un milímetro más ancha unos 4,20mm.























































































Lo haré con la fresadora montada en en El carrito de la fresadora. El problema está en sujetar una pieza irregular de hueso debajo de las cuchillas y hacerle caras planas y paralelas con un mínimo de precisión en las medidas. Con un trozo de tarima machihembrada de madera dura cortado por el centro, obtenemos dos piezas que encajan entre sí, con un tornillo en cada extremo, haremos que apriete la pieza que queramos fresar.




Como la ranura del machihembrado no está en el centro de las tablas, la parte "macho" nos hará de guia de dos profundidades y de guía para las caras paralelas, cosa mucho más complicada de conseguir en una mordaza normal.




Las fotos explican por si solas tanto el funcionamiento como la fabricación de las mismas, una vez cortada longitudinalmente la tarima se une y se taladra con una broca medio milímetro más grande que la rosca que introduciremos en los agujeros para que pueda moverse cuando deba apretarse en una posición no paralela. Es conveniente que los taladros se hagan en un taladro de columna para obtener un mínimo de precisión.




Una vez tenemos la pieza aproximada a su tamaño, necesitaremos fijarla en una mordaza tradicional, sin embargo estas suelen ser de acero y muy planas por arriba lo que dificulta la labor a la hora de limar e incluso pulir o tallar las ranuras de las cuerdas. Una forma de hacerse la vida más fácil en este punto es contruirse una pinza como la que se muestra en las fotografías hechas con madera dura y una goma. Sujetar una pequeña pieza de hueso ahí es muy fácil, no se estropea por el contacto del acero y no se nos cerá al suelo al montarla desmontarla y será muy fácil su colocación de la mejor manera posible.




















Otra cosa, una vez que tengais terminada y pulida la cejuela, podeis aplicar un poco de grasa en los cortes y a continuación echarle grafito en polvo con un pincel, este se fijará sobre ella y no volará de un soplido.

La regla que muestro en una fotografía la he construido siguiendo un artículo de Frank Ford en su web www.frets.com , consiste en hacer marcas sucesivas separándolas con un incremento de una décima para obtener un espaciado proporcional teniendo
en cuenta el grosor de las cuerdas.




El hueso es el mejor material para las cejuelas, por sonido, por facilidad de manejo y porque es mucho más resbaladizo que el metal u otros materiales, pero sobre todo, por lo más importante, por el sonido.



























.

No hay comentarios: